No me preguntes si aún te elijo.
¿Acaso no ves cómo tiembla mi voz
cuando pronuncio tu nombre
como quien dice «hogar»?
No cuestiones si me basta tu mundo,
si en tu abrazo cabe la eternidad
o si tus silencios me saben a paz:
lo sabes…
porque sigo aquí,
porque no busco respuestas
donde ya encontré sentido.
A veces, el amor no grita.
No hace promesas con fuegos artificiales,
no lleva pancartas ni se arrodilla bajo la lluvia.
A veces, el amor simplemente permanece.
Calla contigo.
Sostiene lo roto sin miedo al filo.
Sabe que lo esencial no se jura:
se respira.
Y yo respiro contigo.
Con cada duda tuya,
con cada sombra que intenta colarse
en los pliegues de esta certeza.
No me pidas pruebas…
mira mis días:
todos giran alrededor de ti.
Te amo
no por lo que calmas,
sino por lo que desatas:
una necesidad urgente
de quedarme
cuando el mundo me empuja a irme.
Explicación del poema:
Sin preguntas, sólo tú es una declaración profunda de amor incondicional, que resalta la permanencia silenciosa como prueba suprema del querer genuino. Explora la inseguridad emocional que a veces empaña las relaciones, y responde a ella con una ternura serena y firme. Es un canto a los gestos invisibles que sostienen el amor, a esa decisión diaria de quedarse, no por rutina, sino por convicción. Combina melancolía, desolación ante la duda, y una esperanza vibrante que emana del amor verdadero que no necesita justificarse.
Prompt para imagen inspirada en el poema:
Una escena intimista al amanecer: una pareja sentada en el borde de una cama desordenada, los pies descalzos tocando el suelo, sus manos entrelazadas en silencio. La luz dorada entra suavemente por una ventana entreabierta, iluminando un rostro sereno que mira al otro con ternura. En el aire, una sensación de calma, de comprensión profunda, sin palabras. El ambiente sugiere intimidad emocional más que sensualidad, con tonos cálidos, grises suaves y azules apagados. Estilo poético, realismo emocional, enfoque en las manos, las miradas, la atmósfera de permanencia y amor silencioso.